domingo, 20 de mayo de 2012

Una pequeña joya: Magdalena Kožená






Cantata 'Freue dich, erlöste Schar' for the Feast of Nativity of St. John the Baptist (Leipzig, 1738?)
Epistle, Isaah 40: 1-5; Gospel, Luke 1: 57-80

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5. Aria (altus)

Kommt, ihr angefochtnen Sünder,
Eilt und lauft, ihr Adamskinder,
Euer Heiland ruft und schreit!
Kommet, ihr verirrten Schafe,
Stehet auf vom Sündenschlafe,
Denn itzt ist die Gnadenzeit!
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Musica Florea Ensemble
Marek Štryncl, conductor
Magdalena Kožená, mezzo-soprano

Originally released in 1998 on the label Deutsche Grammophon

sábado, 19 de mayo de 2012

¿Bajo Palio?




Escribíamos dos entradas más abajo (ver "Homosexualismo político") que “los activistas homosexuales pretenden impedir que hablemos con libertad los que no pensamos que en materia de sexualidad todo es «igual» de valioso”, y que “es evidente el derecho de un padre a intentar (siempre con el máximo respeto a la persona y a su libertad) que su hijo no incurra en la práctica de la homosexualidad, si cree que ello le conducirá a la infelicidad. Porque uno está en su derecho de creer que el estilo de vida heterosexual es más adecuado, más sano y más susceptible de generar una vida feliz y completa que el homosexual”. Porque, insistía, “los que pensamos eso tenemos perfecto derecho a ello, pues ni insultamos ni faltamos el respeto a nadie”.

Todo ello hace evidente la falta de libertad que en España (y en gran parte de occidente) existe hoy cuando se habla de esta materia, y la existencia cada vez más envalentonada e indisimulada, de un nuevo integrismo, de un nuevo “fascismo” que consiste en eliminar el derecho humano básico a la libertad de expresión cuando uno no piensa de la manera que el homosexualismo político cree que debemos pensar. Decíamos también que una muestra de ese nuevo integrismo es la manera en que se ha crucificado al Mons. Reig Pla por su homilía del viernes Santo.

Pues bien, todo ello queda patéticamente confirmado cuando el Ayuntamiento de Alcalá de Henares aprueba una moción de veto respecto al Arzobispo de Alcalá, de manera que se impida su presencia en actos municipales. Pero dejemos que sea mi admirado y sabio amigo, D. Vicente Morro quién, haciendo un magnífico ejercicio de ironía, explica el asunto en la carta que transcribo a continuación, titulada “¿QUERRÁN RECUPERAR TAMBIÉN EL PALIO?”:

Hemos regresado al pasado. Ha sucedido en Alcalá de Henares. El milagro lo ha obrado, aunque parezca mentira, un grupo de individuos seguramente laicistas orgullosos, por su ideología lógicamente. Este grupo ha conseguido, además, otro milagro: ha resucitado a Franco. Bueno, al menos a alguna de sus prebendas. En efecto, han recuperado el privilegio de presentación de obispos. Han decidido quién puede y quién no puede ser obispo en Alcalá. Han decidido, incluso, dar instrucciones al Cardenal de Madrid. Ni Franco se hubiera atrevido a tanto. Por cierto, ahora ha sido en Alcalá, pero mañana puede ser en cualquier otro lugar en el que un obispo, un párroco o un simple catequista diga algo que no les guste o que no se ajuste a su catecismo ideológico por el motivo que sea (¿recuerdan a aquellos que no querían a “un tal Blázquez” en “sus” tierras?)

Este grupo de progresistas valerosos ha decidido vetar la presencia de Monseñor Reig en actos municipales. Con su actitud han desvelado, inconscientemente, sus hábitos totalitarios. Se han comportado como una perfecta policía del pensamiento: ellos deciden lo que está bien y lo que está mal, lo que se puede pensar, lo que se puede decir, lo que se debe creer. El Gran Hermano estaría orgulloso de sus epígonos. También el Gran Timonel y el Conducator, y todos los autoritarios que en el mundo han sido.

Estos catorce hombres con carnet de partido -¿hombres?-, mejor, sólo cargos públicos, sólo políticos, han conseguido al final señalar con el dedo acusador al malo de la película. Ellos son los buenos. Da igual que el acusado de “impiedad civil” no dijera exactamente lo que ellos dicen que dijo, ni lo dijera como ellos dicen que lo dijo, ni lo dijera con la intención con la que ellos dicen que lo dijo. Ellos se otorgan a sí mismos la razón. Tienen la fuerza del número y eso les basta. Lo han conseguido al segundo intento –quizá después de algunas presiones o tirones de orejas o cambalaches-, pero sino habrían repetido mil veces más. Han vencido, aunque no convenzan más que a los suyos, a los que les gusta que se lo den todo pensado, a los que les gusta más corear eslóganes –sobre todo sin son contra la Iglesia y sus representantes- que reflexionar. Son “arios” del pensamiento, guardianes de la ortodoxia de lo políticamente correcto, detentadores de un RH ideológico puro.¿Para qué queremos la verdad si ya tenemos nuestros prejuicios?

Han decido nombrar obispos. ¿Querrán recuperar también el palio? ¿Se pondrán a construir pantanos? ¡Ojalá! Por lo menos tendríamos agua almacenada y no les quedaría tiempo para atacar las libertades de los que no piensan como ellos y, encima, se atreven a decirlo, aunque sea con humildad y sin querer ofender a nadie.

viernes, 11 de mayo de 2012

El aborto y los perros


Reproduzco a continuación una carta del Obispo de Solsona,  provincia de Lérida, Mons. Xavier Novell, que me ha parecido especialmente brillante. La he leído en InfoCatólica, de donde asimismo he tomado prestada la foto:

Hace unas semanas se publicó en la prensa la noticia de que un perro abandonado, que causaba temor y peligro a los vecinos de un pueblo de nuestra diócesis, había sido sacrificado a tiros por un concejal del Ayuntamiento. Conocida la noticia comenzaron las reacciones mediáticas reclamando dimisiones políticas e, incluso, acciones judiciales ante la que fue calificada como "la barbarie de Torá".

No pude evitar enfrentarme a una pregunta: Cuando cada año se publican las cifras escalofriantes de los abortos en Cataluña, ¿como es que casi todo el mundo calla? ¿Es que no tiene valor la vida de decenas de miles de nonatos eliminados impunemente? ¿Será cierto que los animales tienen tantos o más derechos que las personas? ¿Qué pasa en este país?

La deformación moral es tan grande que los columnistas y tertulianos pro-abortistas llegan a afirmar que "el aborto es un derecho". Sin juzgar ninguna mujer que haya abortado, porque a menudo son víctimas de una violencia estructural contra la maternidad, ejercida por las empresas, el sistema sanitario o la ideología imperante, hay que decir bien claro y bien fuerte que el aborto es un crimen, uno los más terribles y abominables de la humanidad. Es el asesinato del más indefenso, del propio hijo. Esto lo tenemos que decir sin miedo.

El relativismo moral de nuestra cultura bandeja y vitupera aquellos que nos atrevemos a decir que el aborto es un crimen y nos califica como retrógrados, misóginos, carcas y antidemocráticos. No se quiere escuchar que existe la obligación moral de defender al inocente y perseguir al criminal. Su criterio para discernir lo que está bien y lo que está mal es perverso: está bien lo que la mayoría lo considera un bien, es un derecho lo que la mayoría quiere ejercer sin obstáculos. Este es el camino falso a través del cual se llega a catalogar como un derecho lo que simplemente es un crimen.

¿Cómo puede ser que tengamos entrañas y pedimos caridad para un perro y no las tengamos para un niño no nacido?”

jueves, 10 de mayo de 2012

Homosexualismo político


Recientemente he disfrutado de un interesante cambio de opiniones con un amigo tuitero que me contaba su preocupación por el hecho de que un amigo suyo trataba de que su hijo se sometiera a un tratamiento para superar la atracción por personas del mismo sexo. En un correo-e le explicaba lo que sigue:

“Yo creo que el gran problema no es ni la homosexualidad ni los homosexuales, sino el "homosexualismo político" o Lobby Gay. Porque considero que es un "movimiento" profundamente dictatorial, antidemocrático y, en mi opinión, manifiestamente lesivo para los intereses sociales. Apoyándose en una progresía muy mal entendida intenta imponer como única y definitiva una opinión, una ideología. Y agrede a todo discrepante, e intenta eliminar la discrepancia.

Creo conveniente citar aquí a Karl Mannheim cuando dice que "Ni la tolerancia democrática, ni la objetividad científica significan que debamos abstenernos de tomar posiciones firmes frente a lo que creemos verdadero, o que debamos evitar la discusión y los valores últimos de la vida. El sentido de la tolerancia consiste en que todo el mundo pueda tener la posibilidad de defender su caso, pero no en que nadie deba creer ardientemente en su propia causa".

martes, 1 de mayo de 2012

¿Crisis de la familia?




Voy a intentar resumir mi opinión sobre la “crisis de la familia”: La familia no está en crisis, no puede estarlo. Abundantísimos datos estadísticos, económicos, políticos, educativos, sociales y de otros múltiples sectores constatan que es una realidad viva, vivísima, e intemporal.

No existen modelos de familia, porque no pueden existir, ya que la familia es un fenómeno primordial, fundante de la sociedad desde el inicio de la historia humana hasta el presente. Es el nicho ecológico en el que nace y se desarrolla el ser humano, y es, también, la mayor fuente de felicidad personal.

Un año en la División Azul.

Transcribo a continuación el artículo que publiqué recientemente en el número 743, junio 2021, de la revista mensual BlauDivisión, Boletín d...